miércoles, 22 de febrero de 2017

- Perdonen, el título irá al final...


Hemos visto que existen recetas para muchas cosas, hasta nos dimos cuenta que no solo es parte de la cocina sino que el hecho de contemplar una serie de instrucciones podría darnos la pista de que estamos frente al secreto de algo que no teníamos idea de cómo lograrlo antes.

Una vez creí que la vida tendría una receta. Una vez negué que la vida tuviese recetas.

Una vez, también, me topé con un libro, casi sin querer y cómo si fuere un hecho casual terminé con un pedazo de papel pegando sobre mis pies y agarré ese tomo enorme con el enojo de sentirte tonto por habérmelo llevado por delante y traté de lanzarlo pero la curiosidad me tomó a mi por sorpresa y comencé a leer entre las páginas arrugadas por mi torpeza. Líneas de un cuento que me generaban una familiaridad con un momento que retuve en mi cabeza tanto tiempo que aún parecía haber sucedido ayer, aunque hubiesen pasado semanas.

¿Qué clase de brujería podría traer hasta mi una historia similar a la que yo había estado pasando, escrita en un libro tan viejo?

Comencé a pensar que quizás la vida no está destinada, pero si puede estar escrita.

Aún tan torpe cómo parezca mi pensamiento empecé a recorrer hoja tras hoja de los libros y pude verme y ver pasajes de mi vida en muchos otros cuentos, en novelas, en libros de historia.

Fue allí cuando a la décima coincidencia empecé a darme cuenta que siempre hemos imaginado mundos, siempre hemos sido partícipes de sucesos y en nosotros quedan esos restos que todo aquel que pueda expresarlo con propiedad pudiere dejarnos a los demás, sin saberlo o desearlo, un retazo de instrucciones claras para sobrevivir, sobrellevar o simplemente adelantarnos a lo inesperado.

Obviamente están quienes prefieren vivir todo cómo una aventura donde cada segundo es una sorpresa, siempre todo se simplifica en el "ahora" y nada puede calcularse, aún así para esa gente existen las bibliotecas y librerías, uno nunca sabe cuando la soga puede ajustar tanto que terminen necesitando un manual que les enseñe cómo desatarse.

Quisiera alentarlos a todos a agregar un verso a la vida, una historia, un cuento, un documental; algo que nos puedan dejar a los demás para aprender que nos puede pasar, que nos está pasando o que nos ha pasado.

Sin más, este es de mi para ustedes:


Cómo descubrí que leer/escribir es la receta para la vida.